Utilización

Ademas de servir como vía de comunicación este-oeste de la ciudad, la Gran Vía fue planificada como punto de encuentro de los ciudadanos y como área recreativa y comercial. En estos dos aspectos, supuso un cambio en las costumbres de los madrileños, ya que albergo los primeros grandes almacenes de la ciudad, escaparates de lujo, grandes salas de cine o cafés que se harían muy frecuentados durante sus primeras décadas de vida.

Primer tramo

El primer tramo, entre Alcalá y la Red de San Luis, estuvo dedicado desde el comienzo al comercio de lujo, a imitación de otras calles surgidas en el siglo XIX por toda Europa, como la Rue de la Paix (París); Regent Street (Londres) o la Galleria Vittorio Emanuele II (Milán). Caben destacar las tiendas de moda, como Almacenes Rodríguez, Samaral o Sánchez-Rubio; joyerías como Aldao, Brooking, GrassyGrassy
Grassy
, Perera o Sanz; concesionarios de automóviles, como Chenard-Walker, Fiat, Ford o Hispano-Suiza; cafés, como el Abra, ChicoteMuseo Chicote
Museo Chicote
, Pidoux o Sicilia Molinero, compañias de seguros como La Unión y el Fénix o Seguros La Estrella y hoteles, como el Hotel de Roma. Aunque todavía perdura alguna firma de prestigio, a partir de los años sesenta del siglo XX este uso comenzó a decaer, dando paso a otros establecimientos menos especializados. También se instalaron en esta zona varios casinos, los centros de reunión de la alta burguesía de principios del siglo XX.

Segundo tramo

El segundo tramo, hasta Callao, es el mas espacioso, como corresponde a su antiguo diseño de bulevar. Desde el comienzo, con la apertura de la estación de metro de Gran Vía en 1919, fue un continuo ir y venir de gentes. Aquí, por ejemplo, se abrieron los primeros grandes almacenes de Madrid, Sepu (Sociedad Española de Precios Unicos), inaugurados en enero de 1934. Otros dos grandes almacenes, El Corte Ingles y Galerías Preciados, surgieron junto a la plaza de Callao. También se establecieron numerosas compañias de seguros, la mayoría propietarias de los edificios en que se ubicaban. A partir de los años cincuenta, con el auge del turismo y la instalación de numerosos hoteles, se produjo su época dorada, con la apertura de cafés, bares y salas de fiestas, como el famoso Pasapoga. También son de destacar, característica que comparte con el siguiente tramo, los edificios que se construyeron para albergar, de modo polivalente, salas de cine y teatro, como el Palacio de la MúsicaPalacio de la Música
Palacio de la Música
o el Cine AvenidaCine Avenida
Cine Avenida
. Durante los últimos años, en Gran Vía 25, próximo cruce con la Calle Montera, estuvo asimismo ubicada la emblemática tienda de Madrid Rock, una cadena de venta de música que se había convertido en un referente en la ciudad, y cuyo cierre estuvo rodeado de una fuerte y agria polémica.

Tercer tramo

El tercer tramo, hasta la plaza de España, albergo espacios destinados al ocio, como cines, teatros, salas de fiestas y cafeterías "a la americana", y comercios como librerías y tiendas de tejidos, entre otras. También edificios completamente de oficinas. Durante la Guerra Civil, por su proximidad al frente situado en la Ciudad Universitaria y en la Casa de Campo, esta zona de la Gran Vía fue la que más se resintió. Destacan de nuevo los edificios dedicados a salas de cine como: El Palacio de la PrensaPalacio de la Prensa
Palacio de la Prensa
, el Callao, el CapitolCapitol
Capitol
, el ColisevmCine Coliseum
Cine Coliseum
, el Rialto, el Imperial o el Lope de Vega.
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